A Estonia se la considera como uno de los países con menos voluntad política
en el mundo para investigar y juzgar a las personas que estuvieron
involucradas en los crímenes de lesa humanidad ocurridos
durante la Segunda Guerra Mundial.
En el informe anual Investigación y persecución de criminales de guerra nazi
, de marzo del 2006, que publica el Centro Simón
Wiesenthal, se ubica a Estonia en la categoría
F: “fracaso total”. En este apartado se incluye
a los países que sistemáticamente se rehúsan
a investigar y perseguir a aquellas personas
que fueron señaladas como sospechosas de haber
cometido crímenes de lesa humanidad durante la
Segunda Guerra Mundial en territorio europeo.
En el caso
de Harry Mannil, en Estonia se inició una investigación
judicial que estuvo a cargo del fiscal Henio
Tonismagi.
El funcionario
concluyó que no existían motivos para llevar
a Harry Mannil a juicio.
La decisión
del fiscal Tonismagi fue cuestionada por el Centro
Wiesenthal, que califica a Mannil como “un multimillonario
que contribuye generosamente a las instituciones
estonias”, y criticó la decisión del fiscal de
cerrar el caso. También, los comentarios en los
que Tonismagi califica a Harry Mannil como uno
de los estonios más sobresalientes.
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