Aribert Heim está, desde hace décadas, entre los criminales más buscados del
mundo, pero nadie sabe si son ciertas las informaciones
que aseguran que falleció en los años 90 sin
rendir cuentas a la Justicia
Aribert Heim, alias Doctor Muerte, volvió a reaparecer de entre las sombras oscuras
que marcaron su historia, entre la vida y la
muerte. Desde hace décadas está entre los criminales
más buscados del mundo y nadie sabe si son ciertas
las informaciones de que está muerto.
Es muy posible, pero nadie tiene pruebas de si realmente escapó al veredicto
de la Justicia muriéndose de incógnito hace una
década, en El Cairo, víctima de un cáncer, sin
responder por los horrorosos crímenes cometidos
como parte del engranaje de la sanguinaria maquinaria
de los nazis, ejerciendo como médico en diversos
campos de detención o de exterminio.
Austriaco
de nacimiento, Aribert Heim fue llamado por sus
víctimas el Doctor Muerte o Carnicero de Mauthausen,
por los experimentos que realizaba con los presos
que tenía a su disposición en el campo de concentración
cercano a la ciudad austríaca de Linz.
Heim era considerado
extremadamente cruel entre los 350 médicos que
trabajaron en los programas de los nazis. De
testigos se sabe que hizo fabricar una lámpara
para el comandante del campo de concentración
con la piel de un preso.
Como médico
en los campos de concentración de Sachsenhausen
(1940) y Buchenwald (1941), en Alemania, y Mauthausen
(1941), en Austria, se le acusa de haber asesinado
a cientos de prisioneros con inyecciones letales
dadas directamente en el corazón o en operaciones
que realizaba sin anestesia. Era despiadado y
los historiadores señalan que su sadismo alcanzaba
el mismo nivel que Josef Mengele, el ángel de
la muerte del peor centro de exterminio, Auschwitz.
Tenía un aspecto
que imponía por su físico y altura. Medía 1,90
metros y tenía una apariencia muy deportiva,
calzaba el número 47 y tenía una cicatriz en
forma de V que le salía de la parte derecha de
la boca. Antes de empezar sus crueldades en los
campos formó parte de la selección austríaca
de hockey sobre hielo.
Nacido en
1914 en Austria, tras la Segunda Guerra Mundial
pasó sin mayores complicaciones el llamado proceso
de desnazificación que realizaba EEUU entre los
jerarcas del régimen nazi. "A Heim lo catalogaron de Mitläufer, un mero adepto sin mayor responsabilidad", recuerda Joachim Schäck, investigador en la Policía en lo criminal alemana,
en Stuttgart.
No tuvo problemas
y, sin cambiar su identidad, trabajó como ginecólogo
en la ciudad alemana de Baden-Baden. Hasta 1962,
cuando la Justicia empezó a buscarlo para que
respondiera por los crímenes que se le imputaban.
Desapareció
el 13 de septiembre de ese año, justo a tiempo,
porque un día después iba a ser arrestado a petición
de la Justicia austriaca, que investigó su caso.
Desde entonces se multiplicaron las especulaciones
sobre su posible refugio.
El Centro
Simon Wiesenthal ofreció hasta 315.000 euros
de recompensa a cambio de pistas sobre su paradero,
que se suponía en Suramérica, con una hija que
en aquellos años se había establecido en Puerto
Montt, Chile.
El director
del centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Ephraim
Zuroff, puso en duda estas versiones. En conversaciones
con la agencia DPA, Zuroff señaló que "nosotros ya sabíamos que estuvo en Egipto pero no hay una tumba, un cadáver ni
una prueba de ADN" que sirva para constatar la muerte de Heim."En vista de que hay personas que tienen interés en convencernos de que Heim ha
muerto, debemos reaccionar a informaciones así
con escepticismo y cautela", afirmó Zuroff. El cazador de nazis dijo sospechar además que Rüdiger Heim,
el hijo del médico, es quien podría haber lanzado
dichas informaciones.
Preguntado
sobre si podría haber un interés financiero detrás,
como el cobro de herencias pendientes, el director
del Centro Wiesenthal contestó que "es una teoría interesante" e hizo referencia a que el patrimonio del Doctor Muerte asciende a dos millones
de euros. diariodecadiz.es
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