06.09.2009 - 05:03 diariodecadiz.es
El misterio del Doctor Muerte
Esteban Bayer

Aribert Heim está, desde hace décadas, entre los criminales más buscados del mundo, pero nadie sabe si son ciertas las informaciones que aseguran que falleció en los años 90 sin rendir cuentas a la Justicia

Aribert Heim, alias Doctor Muerte, volvió a reaparecer de entre las sombras oscuras que marcaron su historia, entre la vida y la muerte. Desde hace décadas está entre los criminales más buscados del mundo y nadie sabe si son ciertas las informaciones de que está muerto.

Es muy posible, pero nadie tiene pruebas de si realmente escapó al veredicto de la Justicia muriéndose de incógnito hace una década, en El Cairo, víctima de un cáncer, sin responder por los horrorosos crímenes cometidos como parte del engranaje de la sanguinaria maquinaria de los nazis, ejerciendo como médico en diversos campos de detención o de exterminio.

Austriaco de nacimiento, Aribert Heim fue llamado por sus víctimas el Doctor Muerte o Carnicero de Mauthausen, por los experimentos que realizaba con los presos que tenía a su disposición en el campo de concentración cercano a la ciudad austríaca de Linz.

Heim era considerado extremadamente cruel entre los 350 médicos que trabajaron en los programas de los nazis. De testigos se sabe que hizo fabricar una lámpara para el comandante del campo de concentración con la piel de un preso.

Como médico en los campos de concentración de Sachsenhausen (1940) y Buchenwald (1941), en Alemania, y Mauthausen (1941), en Austria, se le acusa de haber asesinado a cientos de prisioneros con inyecciones letales dadas directamente en el corazón o en operaciones que realizaba sin anestesia. Era despiadado y los historiadores señalan que su sadismo alcanzaba el mismo nivel que Josef Mengele, el ángel de la muerte del peor centro de exterminio, Auschwitz.

Tenía un aspecto que imponía por su físico y altura. Medía 1,90 metros y tenía una apariencia muy deportiva, calzaba el número 47 y tenía una cicatriz en forma de V que le salía de la parte derecha de la boca. Antes de empezar sus crueldades en los campos formó parte de la selección austríaca de hockey sobre hielo.

Nacido en 1914 en Austria, tras la Segunda Guerra Mundial pasó sin mayores complicaciones el llamado proceso de desnazificación que realizaba EEUU entre los jerarcas del régimen nazi. "A Heim lo catalogaron de Mitläufer, un mero adepto sin mayor responsabilidad", recuerda Joachim Schäck, investigador en la Policía en lo criminal alemana, en Stuttgart.

No tuvo problemas y, sin cambiar su identidad, trabajó como ginecólogo en la ciudad alemana de Baden-Baden. Hasta 1962, cuando la Justicia empezó a buscarlo para que respondiera por los crímenes que se le imputaban.

Desapareció el 13 de septiembre de ese año, justo a tiempo, porque un día después iba a ser arrestado a petición de la Justicia austriaca, que investigó su caso. Desde entonces se multiplicaron las especulaciones sobre su posible refugio.

El Centro Simon Wiesenthal ofreció hasta 315.000 euros de recompensa a cambio de pistas sobre su paradero, que se suponía en Suramérica, con una hija que en aquellos años se había establecido en Puerto Montt, Chile.

El director del centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Ephraim Zuroff, puso en duda estas versiones. En conversaciones con la agencia DPA, Zuroff señaló que "nosotros ya sabíamos que estuvo en Egipto pero no hay una tumba, un cadáver ni una prueba de ADN" que sirva para constatar la muerte de Heim."En vista de que hay personas que tienen interés en convencernos de que Heim ha muerto, debemos reaccionar a informaciones así con escepticismo y cautela", afirmó Zuroff. El cazador de nazis dijo sospechar además que Rüdiger Heim, el hijo del médico, es quien podría haber lanzado dichas informaciones.

Preguntado sobre si podría haber un interés financiero detrás, como el cobro de herencias pendientes, el director del Centro Wiesenthal contestó que "es una teoría interesante" e hizo referencia a que el patrimonio del Doctor Muerte asciende a dos millones de euros.

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