Sábado 11 Septiembre 2010 semana.com
La muerte del nazi más buscado

Según dijo hace pocos días el hijo de Aribert Heim, 'el Doctor Muerte', su padre falleció hace casi dos décadas en Egipto, mientras fuerzas especiales lo buscaban en otros lugares. Pero hay quienes creen que sigue vivo, y todavía esperan encontrarlo.

Los cazadores de nazis más avezados lo buscaron por todo el mundo. Las recompensas por su cabeza alcanzaron medio millón de dólares. El gobierno alemán creó una fuerza especial para detenerlo y un grupo judío lanzó una operación titánica para dar con su paradero. Pero cuando muchos creyeron que estaba cercado, su hijo Rüdiger corroboró una versión con la que medios como The New York Times ya habían especulado: Aribert Heim, el 'nazi más buscado del mundo', habría muerto en 1992 en Egipto, lejos del acecho de sus perseguidores.

Rüdiger declaró en junio pasado por primera vez ante la justicia alemana. Tres jueces y un fiscal escucharon atentos al hijo del 'Doctor Muerte' relatar, en un hermetismo total, cómo su padre se refugió en un hotel sencillo de El Cairo, se convirtió al islam, cambió su nombre por el de Tarek Farid Hussein y pasó sus últimos momentos agobiado por un cáncer rectal. "A las 10 de la noche se durmió, pero todavía estaba con vida", consta en la declaración de Rüdiger, de 54 años. "Me tumbé en el suelo sobre una esterilla. Estaba cansado, exhausto, nervioso. Dormí unas dos horas. Cuando me desperté temprano la mañana del 10 de agosto de 1992, mi padre seguía vivo, pero no reaccionaba. No se despertó más. Permanecí al lado de su cama. Su respiración se apagó y murió".

La versión salió a la luz pública hace pocos días, y así como algunos creen en ella, hay quienes todavía tienen sus dudas sobre el destino del médico sanguinario que torturó y mató a cientos de judíos en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, donde se ganó el alias de 'Carnicero'. Los más escépticos son los agentes de Alemania, Austria e Israel que han seguido por décadas pistas aparentemente equivocadas de personas que aseguran haberlo visto en España, Uruguay, Dinamarca, Brasil, Vietnam, Canadá o Suiza.

Alguna vez un coronel israelí juró que Heim había sido secuestrado en Canadá por miembros de una fuerza especial secreta de su país y posteriormente asesinado. Los mayores esfuerzos de búsqueda, sin embargo, estaban concentrados en Chile, donde vive una mujer que alega ser su hija, y que declaró que el viejo Heim había muerto en 1993 en Argentina. Su versión fue desmentida por las autoridades cuando no pudo cobrar una herencia de un millón y medio de dólares que tenía su supuesto padre en un banco alemán, por no presentar el certificado de defunción.

Hijo de un policía, nació en Austria el 28 de junio de 1914. El oficial nazi estudió Medicina en Graz, recibió un doctorado en Viena, se incorporó al partido nazi local y luego, en 1935, a las SS alemanas. Entonces fue enviado a ejercer en Mauthausen, donde realizó experimentos macabros. Algunos prisioneros contaron años después que 'el Doctor Muerte', como ellos mismos lo bautizaron, extraía órganos y amputaba pacientes sin anestesia, les quitaba pedazos de piel tatuada para forrar sus asientos y, cuando estaba aburrido, les inyectaba agua, gasolina o veneno directamente al corazón mientras cronometraba cuánto se demoraban en dejar de respirar. También narraron cómo alguna vez decapitó a un chico e hirvió su cabeza hasta que la carne se separó del hueso. Desde entonces usó el cráneo del paciente como pisapapeles.

Tras la Segunda Guerra Mundial, fue apresado por el ejército estadounidense y después dejado en libertad, pues los gringos no sabían todavía de sus crímenes. Años más tarde, la policía alemana lo cercó. Heim desapareció de Baren Baren, el pueblo alemán donde trabajaba como ginecólogo, y se fugó a El Cairo. En Egipto se hizo pasar por un europeo cualquiera que jugaba tenis y era aficionado a la fotografía. Eso sí, nunca se dejaba tomar una foto. Era tan querido que sus vecinos más jóvenes le decían 'Tío Tarek', por el nombre que adoptó tras su conversión religiosa.

Heim tendría hoy 96 años, por lo que a muchos les parece absurdo que todavía haya gente obsesionada con el paradero de un anciano. Y más después de los rumores sobre su muerte. Pero para Efraim Zuroff, el cazador de nazis más reputado del centro Simon Wiesenthal, que durante décadas ha documentado los detalles sobre las víctimas del Holocausto y perseguido a los criminales de la época, el paso del tiempo "no disminuye la culpa de los autores". Como dijo a la cadena BBC cuando todavía lo buscaba en la Patagonia, "los asesinos no se convierten en caballeros gentiles cuando alcanzan cierta edad. Y si pusiéramos un límite cronológico a las persecuciones, estaríamos diciendo que la gente se puede salir con la suya después de cometer un genocidio".

Según Rüdiger, 'el Carnicero de Mauthausen' le pidió donar su cuerpo a la ciencia. Pero después de que él mismo sobornó al empleado de un hospital para que lo aceptara en la morgue, un amigo de la familia le contó que los médicos que recibieron el cadáver no habían cumplido su última voluntad y lo habían enterrado en una fosa común. Nadie sabe dónde está, y sin cuerpo no hay prueba de su muerte. Por eso hay quienes todavía lo buscan en España, en Alemania, en Argentina o en cualquier lugar del mundo.

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