02.09.07

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Sombras nazis bajo el sol

 
 


La detención en Benalmádena del apologista austriaco Gerd Honsik, recuerda que la Costa ha sido y sigue siendo refugio de nombres con un pasado unido al Tercer Reich

«SÍ, todos están en nuestra investigación. Lo que ocurre es que en muchos casos es muy difícil actuar, porque se necesita conocer exactamente qué crímenes cometieron». Efraim Zuroff, el hombre que a la muerte de Simon Wiesenthal le sustituyó en el liderazgo de la caza de criminales nazis, se expresa en estos términos desde la sede de la organización en Jerusalén y a través de una entrevista telefónica.

«Está claro que sí», afirma sin dudar cuando se le plantea la posibilidad de que la presencia de estos hombres en la Costa del Sol la convierta a los ojos de los seguidores del nazismo en una especie de santuario al que mirar en busca de referentes.

Referentes

Un referente debió ser Gerd Honsik -el apologista nazi detenido la semana pasada en Benalmádena- para los asistentes que acudieron el 14 de mayo del año pasado a la presentación de su último libro en un restaurante de la zona de Los Guindos, en la capital malagueña. El acto estuvo organizado por la delegación en Málaga de Alianza Nacional (AN), una formación que, en su página web, se define como 'nacionalista radical', aclarando que «dicha definición tiene la carga ideológica que el pensamiento protofascista le dotó», y asegurando que «cualquier militante nacional -nacionalsindicalista, joseantoniano, ramirista, neofascista, nacionalsocialista, hitleriano, etc...- tiene abiertas de par en par las puertas del partido». La organización concurrió a las pasadas elecciones municipales.

A la 'Comida de Hermandad' en la que se presentó el libro de Honsik, además de los militantes y simpatizantes de AN, acudió Theodor Soucek, al que los propios responsables de la organización presentan como oficial de las Waffen SS, cuerpo de combate de élite del gobierno hitleriano, algunas de cuyas formaciones fueron condenadas en los juicios de Nuremberg como parte de una organización criminal por las atrocidades cometidas durante la II Guerra Mundial.

Soucek, que reside en Benalmádena y al que investigaciones periodísticas califican también como revisionista y autor de manuales de doctrina neonazi publicados en los países de lengua germana, «departió amigablemente con los muchos jóvenes presentes animándoles a seguir adelante en la lucha por la Verdad», según se puede leer en la web de AN, que ayer convocó una concentración en la Plaza de la Constitución contra la detención de Gerd Honsik, que consideran atenta contra la libertad de expresión.

La reciente detención y posterior encarcelamiento del apologista austriaco por el juez Garzón trae a la memoria otros nombres del nazismo que residieron durante años, y en total impunidad, en la Costa del Sol.

Negación del Holocausto

Desde luego, uno de ellos es León Degrelle, máximo líder del fascismo belga y del que Hitler dijo que era el hijo que le hubiera gustado tener. El general de las SS vivió en Fuengirola hasta que murió en abril de 1975, a la edad de 87 años.

Además de haberse refugiado durante años en la Costa del Sol y de escribir libros con sus particulares versiones sobre la historia, a Degrelle y a Honsik les une el hecho de haber pronunciado casi las mismas frases: Los campos de exterminio nazis fueron un invento de los aliados y las cámaras de gas nunca existieron.

«Las cámaras de gas existieron sólo para despiojar a los judíos, porque había una epidemia en Alemania», dijo Honsik durante el juicio que se celebró contra él en Viena en 1992, y por el que se le declaró culpable de un delito de reactivación de la ideología nacionalsocialista, condenándole a 18 años de prisión que nunca cumplió, porque huyó para terminar escondiéndose en Benalmádena. La negación del Holocausto y las cámaras de gas es el delito por el que Austria reclama al hombre que hace un año presentaba tranquilamente su último libro en un restaurante de Málaga.

Curiosamente, el nombre de este apologista nazi de 65 años también está relacionado, y aún más, con otro nazi histórico que también vivió hasta su muerte en la Costa del Sol. Se trata de Otto Remer, jefe de seguridad de Hitler y teniente general de las Waffen-SS, que residió en Marbella hasta que falleció en 1997, a la edad de 84 años.

En su libro 'La lista negra. Los espías nazis protegidos por Franco y la Iglesia', el periodista José María Irujo asegura que desde su apacible refugio en Marbella, Remer publicó artículos hasta su muerte en 'Hart'. Esta revista era editada por Honsik, que entonces (1995) vivía en Barcelona, ciudad que abandonó poco después para afincarse en Benalmádena, donde residía desde hacía unos 12 años.

Al entierro de Otto Remer en Marbella acudió Honsik, y también lo hizo Wolfgang Jugler, último jefe superior de Asalto de la Primera Compañía Escolta SS Adolf Hitler, al que se sitúa en Marbella. En estos momentos tiene 85 años.

«Sí, nos consta que sigue vivo». La voz del cazanazis Efraim Zuroff llega nítida desde la sede del Centro Wiesenthal de Jerusalén. «Es austriaco y también está en nuestras investigaciones, pero desconocemos exactamente qué crímenes pudo cometer».

De quien sí tiene algún dato más Zuroff, cuya organización está muy centrada en la localización de Aribert Heim, conocido como el 'doctor muerte', es del noruego Fredrik Jensen, que pudo haber pertenecido hasta a tres unidades de las Waffen SS. Es además uno de los poquísimos extranjeros condecorados por Hitler: «Juega todos los días al golf», afirma el cazanazis. A Jensen, que tiene 86 años, también se le sitúa en Marbella.

Efraim Zuroff recuerda que Jensen ya fue condenado por crímenes de guerra. De hecho, tras finalizar la II Guerra Mundial, pasó diez años internado en la prisión que los americanos habían instalado en el antiguo campo de concentración de Dauch. Fue liberado y se instaló en Suecia: «Luego voló a España. Nos consta que está allí (en referencia a Marbella). Nuestra primera dificultad con Jensen es que es noruego. Noruega es junto a Suecia, el único país donde los crímenes de guerra y el genocidio prescriben», explica el delegado del Centro Wiesenthal. «Necesitamos decir qué crimen cometió; cuál fue exactamente su papel», reitera Zuroff, que señala además otro hecho: «Ya fue condenado, por lo que no sabemos si podría ser jugado nuevamente por los mismos hechos».

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