En Novi Sad ha tenido lugar la conmemoración del 70 aniversario de la Batida, en la cual el ejercito húngaro dio muerte y arrojó bajo el hielo del Danubio a cuando menos 1.300 habitantes de esta ciudad. Ante varios cientos de ciudadanos, el patriarca serbio Irineo ofició un responso en el Muelle de la Batida. El patriarca recordó que las víctimas de la batida fueron judíos, serbios y gitanos, por el sólo hecho de ser de otra religión y nación. Él dijo que el ejecutor fue el ejército húngaro, pero que también algunos vecinos de Novi Sad que se pusieron de lado del ocupador y tomaron parte en este terrible crimen. Como cristianos, podemos perdonarles, pero jamás debemos olvidar ese hecho, para que no vuelva a repetirse”, dijo el patriarca. En el acto habló el director del centro “Simon Vizental” de Jerusalén, cazador de nacistas, Efraim Zurof, mientras que en nombre de la Comunidad Judía de Serbia, sirvió el responso el rabino Isak Asiel. En la opinión pública hay polémicas de si en la Batida de Novi Sad fueron muertas 1.300 personas, que es el dato oficial, o entre 3.400 y 4.000 personas, según sostienen los investigadores.

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