09-02-2008
actualidad.terra.es
  Investigan a una de las nazis mбs buscadas, 'la diabla de Majdanek'
 
 


Nada hace pensar al observar el frбgil fнsico de Erna Wallisch, de 85 aсos, que haya sido una de las guardias nazis mбs brutales en un campo de la muerte y que la Fiscalнa austrнaca haya abierto una instrucciуn preliminar por ello.

El Centro Simon Wiesenthal de Jerusalйn sitъa a Wallisch como sйptima en sus prioridades en la 'Operaciуn Ultima Oportunidad', una iniciativa lanzada en 2002 para encontrar y juzgar a antiguos criminales de guerra nazis antes de que mueran.

Wallisch estuvo destinada en el campo de concentraciуn de Ravensbrьck (Alemania) con 19 aсos, donde hubo prisioneras espaсolas republicanas, y en el de exterminio de Majdanek (Polonia), donde muchos documentos atestiguan que actuу de una forma especialmente cruel con la gente a la que forzaba a entrar en las cбmaras de gas.

A medida de los aсos 60 y principios de los 70 se la investigу pero no se hallaron pruebas firmes para condenarla.

'No podнamos hacer otra cosa', consta en su ъltima declaraciуn ante la Justicia en 1972. Nunca reconociу haber formado parte del engranaje del Holocausto. La investigaciуn concluyу que tuvo 'un papel secundario' en Majdanek.

Despuйs desapareciу, hasta que el 'cazanazis' Efraim Zuroff, promotor de la 'Operaciуn Ultima Oportunidad', recibiу una carta anуnima con una direcciуn en 2004 en la que alertaba de que 'la diabla del campo de concentraciуn' vivнa en Viena. Zuroff exigiу a las autoridades que juzgasen a Wallisch, sin йxito.

Pero la apariciуn de nuevos testigos en Polonia y que un historiador britбnico, Guy Walters, la encontrase al trabajar para su prуximo libro, 'Hunting Devils', han cambiado el panorama hasta el punto de que la Fiscalнa intervino para valorar los testimonios.

M. Jarosch a assuré que la justice autrichienne était consciente de l'urgence de la situation et entendait "agir aussi vite que possible".

'Todo lo que hice fue mirar en el listнn telefуnico en Internet.

Una semana despuйs volй a Viena. Me temo que no fue una gran labor detectivesca', explicу Walters a Efe.

Walters se presentу en su casa y le dijo que sabнa quien era.

Ella admitiу que era una guardia en ese campo, pero 'no reconociу que hubiera matado o apaleado, que hubiera sido inhumana'.

'No estoy sorprendido de que viva de forma tan abierta porque los austrнacos no tienen voluntad para juzgar a gente como ella. Vive sin miedo a ser castigada. Me siento conmocionado y rabioso de que viva tranquilamente', se lamentу Walters.

'El tiempo no es una excusa. Ella vive y sus vнctimas no', concluyу.

'Gente como Erna Wallisch no merecen ninguna simpatнa. El hecho de que no ha sido previamente condenada es una burla a la Justicia, que ahora puede ser corregida', asegurу Zuroff en una reciente carta a las autoridades austrнacas en la que volvнa a pedir un juicio.

Desde que su caso volviу a los periуdicos Wallisch no contesta a las llamadas ni se la ha visto por el barrio de Kaisermьhlen de Viena, donde reside.

El Instituto Polaco para la Memoria Nacional (IPN) facilitу en 2007 los testimonios de cuatro supervivientes: Danuta B., Ewa W., Janina W. y Jadwiga L., que aseguran que fue cуmplice necesaria para matar a miles de personas y se comportу con un sadismo atroz.

'Escoltar' a los prisioneros no es mбs que un eufemismo para describir los golpes arbitrarios con fustas y palos, los insultos, las patadas con botas con punteras de acero a mujeres, ancianos y niсos aterrorizados en su camino a las cбmaras donde se les asesinaba con el gas letal Zyklon B.

Los testimonios reunidos por la investigadora Elissa Mailander-Koslov sobre los guardias en Majdanek son estremecedores: los SS azuzaban a los perros contra el estуmago de las embarazadas, los bebйs abandonados fuera de las cбmaras de gas eran arrojados al crematorio, se hacнa correr a los prisioneros contra vallas electrificadas, se los mataba con barras de acero frente a sus familias.

Majdanek, creado en otoсo de 1941 para internar a prisioneros de guerra, fue una parte esencial del Holocausto y se transformу en otoсo de 1942 en un campos de exterminio, justo cuando llegу Wallisch. El hecho de que la mayorнa muriese por los golpes o en las cбmaras de gas dificulta encontrar testigos directos tantos aсos despuйs.

Una superviviente del campo, Ewa K., citada por diarios austrнacos, afirma que era la mбs sбdica y cruel, que su sola presencia despertaba murmullos de temor. 'No tenнa ningъn reparo en golpear hasta dejar a la gente tendida en el suelo' -dijo- 'ella es y serб una criminal'.

Otra testigo, Jadwiga L, asegurу que era conocida por sus ataques de furia, y que estando embarazada de un SS del campo golpeу hasta la muerte a un hombre con un palo con tal saсa que su cabeza quedу en medio de un charco de sangre.

En otra ocasiуn, relata, cogiу a un niсo de pocos meses que se habнa escondido y lo arrojу contra el suelo con violencia, 'como si fuera un trozo de madera'.

A las afueras de Majdanek se produjo en 1943 una de las mayores matanzas de la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de 42.000 personas, incluidas 18.000 prisioneros del campo, fueron fusiladas en un solo dнa por las SS, que pusieron mъsica clбsica a todo volumen por los altavoces para atenuar el sonido de los gritos.

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